Wendy Fry | CalMatters
Artículo original de CalMatters, traducido independientemente por Lilia O’Hara
Decenas de marines están ahora estacionados en una estación de la Patrulla Fronteriza en el este del condado de San Diego, un nuevo acontecimiento que apunta al aumento de la presencia militar que realiza el gobierno de Trump en la frontera sur.
Algunos marines dijeron la semana pasada a CalMatters que están en Campo patrullando la frontera dos veces al día.
Esto supone un cambio con respecto a la forma en que los marines han operado en el sur de California desde que el presidente Trump asumió el cargo. Hasta ahora, los marines se habían limitado a desempeñar un papel de apoyo, acatando la Ley Posse Comitatus de 1878, que mantiene a las fuerzas armadas alejadas de las fuerzas del orden civiles.
Pero Trump lleva mucho tiempo insinuando que utilizará las fuerzas armadas de forma inédita en la frontera para hacer frente a lo que él describe como “una invasión”.
Y recientemente, la administración Trump desplazó la aplicación de las leyes de inmigración hacia el norte, hacia el interior de California. Se ha visto a agentes de la Patrulla Fronteriza persiguiendo a trabajadores agrícolas a través de campos de fresas en Oxnard y rodeando a trabajadores en autos sin distintivos en paradas de autobús en el centro de Los Ángeles.
Los marines no han revelado que hayan detenido a nadie en California. Soldados del Ejército en servicio activo que patrullaban la frontera en Nuevo México a principios de este mes dijeron haber entregado a personas a las autoridades de inmigración, un cambio que ilustra la escalada en la aplicación de las leyes de inmigración por parte de los miembros del servicio militar.
Un portavoz de la Fuerza de Tarea Conjunta de la Frontera Sur, encargada de la operación, no respondió a una solicitud de comentarios. El agente de la Patrulla Fronteriza Gerardo Gutiérrez dijo que los marines “solo están allí para prestar ayuda en la frontera” y no dio más detalles.
Las autoridades de California y los expertos en inmigración no tienen detalles sobre lo que están haciendo los marines en la frontera.
En un reciente viaje al puesto de la Patrulla Fronteriza en Campo, los reporteros de CalMatters observaron tiendas de campaña de color oliva de los marines montadas sobre el asfalto caliente, con tanques de agua cerca para lavarse los dientes y asearse. Tienen una pila de raciones de combate, o “comidas listas para comer”, como alimento.
Su campamento se encuentra a unos doscientos metros del inicio de la ruta Pacific Crest Trail, a un paso de la frontera entre Estados Unidos y México. La zona es muy remota.
Newsom presentó una demanda para detener los despliegues en Los Ángeles
A principios de junio, el gobernador Gavin Newsom se enfrentó a Trump por la federalización de la Guardia Nacional en Los Ángeles y el despliegue de marines estadounidenses para sofocar las protestas, calificándolo de “un paso inequívoco hacia el autoritarismo”. Newsom demandó a la administración, pero un panel de jueces del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito dictaminó que el presidente había cumplido la ley y el caso se está desarrollando en un tribunal inferior.
Una portavoz de Newsom, en una declaración escrita a CalMatters, relacionó a los marines de Campo con el envío por parte de la administración Trump de agentes de la Patrulla Fronteriza a cientos de kilómetros tierra adentro.
“Creemos en una seguridad fronteriza fuerte, pero esta campaña no se trata de seguridad, se trata de generar miedo”, dijo Diana Crofts-Pelayo, de la oficina de Newsom.
“Ahora parece que se está obligando a los marines a cubrir esos puestos fronterizos”, continuó. “No se trata solo de una ampliación de la misión, sino de poner en peligro a las fuerzas del orden, a nuestros soldados y a la comunidad”.
La presencia militar en Campo, de la que no se había informado anteriormente, sigue a un despliegue anterior de unos 500 marines de Camp Pendleton, que habían sido posicionados en la pequeña ciudad costera de Imperial Beach y en una zona fronteriza interior cerca del aeropuerto Brown Field, en Otay Mesa. Según el Departamento de Defensa, esas tropas tienen la misión de “detección, vigilancia, logística y apoyo al transporte a lo largo de la frontera”.
En las últimas tres décadas, la frontera se ha convertido en una de las regiones más militarizadas del mundo, con barreras fronterizas más fuertes, formidables y altas, y una mayor vigilancia. Las muertes de migrantes han aumentado a medida que las personas buscaban rutas más peligrosas en Estados Unidos, informó el gobierno mexicano el mes pasado.
En qué se diferencia la misión fronteriza de Trump de otras
Cuando asumió el cargo, Trump emitió una serie de órdenes ejecutivas, entre ellas una declaración de emergencia nacional, para lograr lo que describió como “control operativo total” de la frontera sur. Las órdenes instruían al Departamento de Defensa, a través del Comando Norte de los Estados Unidos, que reforzara la seguridad fronteriza mediante una mayor participación militar.
Algunos expertos jurídicos afirman que convertir los terrenos fronterizos en una “instalación militar” podría eludir la Ley Posse Comitatus, que normalmente prohíbe a las fuerzas armadas federales llevar a cabo tareas de aplicación de la ley en el territorio nacional.
“Existe la preocupación de que las tropas armadas puedan utilizar la fuerza letal en determinadas situaciones y que haya personas heridas”, dijo Johnson, añadiendo que las fuerzas militares no tienen experiencia en el trato con migrantes vulnerables y que no está claro qué entrenamiento han recibido.
“Es como una bomba de tiempo”, añadió. “Odio decirlo así, pero es solo cuestión de tiempo que veamos que pasa algo malo”.
No es la primera vez que se envían tropas estadounidenses a la frontera. El Departamento de Defensa ha desplegado tropas en la frontera tanto bajo gobiernos republicanos como demócratas para tareas de construcción y vigilancia. Pero hasta ahora, su papel se ha limitado a la vigilancia, la reparación de vehículos y el refuerzo de las barreras. La última oleada de despliegues eleva a más de 10 000 el número total de militares que apoyan la misión de la Patrulla Fronteriza en la frontera con México, sumándose a los aproximadamente 2500 que ya estaban estacionados a lo largo de las 2000 millas de frontera. El número de tropas en la frontera fluctúa a medida que las unidades rotan y se movilizan fuerzas adicionales, según el Departamento de Defensa.