
Beetlejuice Beetlejuice sin duda es una experiencia diferente. El espectador llega con la expectativa de ver algo singular o con la duda de si será tan buena como la primera versión que Tim Burton dirigió en 1988 o si verla es un error que echará a perder el buen recuerdo de la anterior. Durante los primeros minutos, he de confesar, yo me estaba arrepintiendo de haber ido a verla, no porque fuera mala sino porque el tono con el que inicia se parece más a una verdadera y escalofriante película de terror, género que yo no disfruto.
Lo bueno es que conforme las secuencias avanzan uno empieza a darse cuenta de qué simplemente, y en toda la extensión del concepto, es una película de Tim Burton. Esto significa que la estética es algo grotesca, los personajes son irreverentes, algunas sorpresas son inesperadas, otras, no tanto. Pero sobre todo, los personajes tienen esta característica que los hace vulnerables, sensibles y adorables a pesar de su poco convencional aspecto: tienen sentimientos, reacciones esenciales y un humor muy humanos aunque estén muertos o sean demonios.

Beetlejuice Beetlejuice es una secuela directa del filme de 1988 Beetlejuice, también dirigida por Tim Burton. La historia continúa décadas después, cuando Lydia Deetz (Winona Ryder) sigue siendo perseguida por el pícaro fantasma Beetlejuice (Michael Keaton). Tras una tragedia familiar, Lydia regresa a la casa de su infancia en Winter River con su hija adolescente, Astrid (Jenna Ortega). Cuando Astrid abre accidentalmente un portal al más allá, se desata el caos y el demonio Beetlejuice vuelve a causar desastres. La película explora la dinámica entre los vivos y los muertos, manteniendo el humor negro y el encanto gótico del original.
El personaje de Winona Ryder a ratos parece que se quedó en el pasado, sin madurar, sin embargo, el mantenerse en ese espectro emocional la hace congruente. El resto de los caracteres se mantienen en línea y dan solidez al filme.
Algunos de los personajes nuevos están ni más ni menos que representados por Jenna Ortega, Monica Bellucci y Willem Dafoe y añaden un nivel de frescura y de locura que enriquecen la película.
Desde luego el personaje que no ha cambiado mucho es el asqueroso Beetlejuice que sigue siendo un patán, alguien en quien no se puede confiar y al mismo tiempo, alguien divertido.

Jenna Ortega es Astrid, un personaje que mantiene la sanidad dentro del filme y al mismo tiempo es el que conduce toda la historia, sus equivocaciones son las que mueven el hilo narrativo de la película y le da el toque juvenil.
En general Beetlejuice Beetlejuice no decepciona a los fanáticos de Burton y sin duda generará nuevo seguidores. Es una digna secuela que logra sostenerse como una pieza independiente y aunque recurre a la narrativa del filme anterior es totalmente nueva y logra encantar al espectador.
Los matices del filme son variados, en algunas secuencias da la impresión de qué Tim Burton cedió un poquito ante el populismo y cayó en la tentación de crear escenas que rayan en lo cursi y en los ridículo pero finalmente el tono en general se mantiene dentro del estoicismo y la extrañeza, el estilo que tiene Tim Burton y que divierte con cosas que no son habituales, que son oscuras pero que no dejan de ser humanas.
Hay otros personajes personajes poco agradables que no voy a mencionar aquí para no echar a perder algunas de los sorpresas de la película en general pero Beettlejuice Bettlejuice es una película que pone a la audiencia a buen modo para el ambiente de Halloween.
La película se estrena en cines el viernes 6 de septiembre.
Beetlejuice returns 36 years later and lives up to expectations
Beetlejuice Beetlejuice arrives 36 years after the first installment, creating both excitement and uncertainty. Many viewers are wondering: will it live up to the original classic, or will it ruin the fond memories of the first movie?
At first, I have to admit that I had my doubts. The movie begins with a dark, almost horror tone, a genre I personally don’t like very much. However, as the sequences progress, it becomes clear that this is a typically Burtonian work. That is to say, the aesthetics are grotesque, the characters are irreverent and the surprises, even if some are predictable, manage to keep our attention.

Although Lydia’s character seems to have stagnated emotionally, this continuity keeps her true to the essence of her character in the first installment. On the other hand, the new characters, played by actors such as Jenna Ortega, Monica Bellucci and Willem Dafoe, bring freshness and craziness to the story.
Tim Burton’s magic lies in his ability to give humanity to extraordinary characters. In Beetlejuice Beetlejuice, whether ghosts or demons, they all show emotions and vulnerabilities that make them endearing. This sequel picks up the story decades later, with Lydia Deetz (Winona Ryder) once again facing the antics of the deranged Beetlejuice (Michael Keaton). After a family tragedy, Lydia returns home to Winter River with her daughter Astrid (Jenna Ortega), who accidentally opens a portal to the afterlife, unleashing chaos and bringing back Beetlejuice.

Beetlejuice remains the same character: repulsive, unpredictable, and yet charming in his way as a fun-loving lout. Jenna Ortega, as Astrid, brings a youthful touch to the story with her mistakes and decisions, giving the movie a contemporary feel.
Overall, Beetlejuice Beetlejuice does not disappoint Burton fans and will appeal to a new generation of fans. This sequel manages to stand on its own as a tribute to the past without falling into forced nostalgia. Although there are moments where Burton seems to give in to the temptation of cheesiness, the overall tone maintains his trademark style: dark, eccentric, but deeply human.
Without giving too much away, some of the supporting characters may not be to everyone’s taste, but they are essential to the surprises the movie has to offer. In short, Beetlejuice Beetlejuice is a movie that captures the spirit of Halloween and lives up to the expectations of Burton fans.
Theatrical Release: Friday, September 6.